Proteínas

Las proteínas, si nos basamos en su definición más esencial, no es otra cosa que una cadena lineal de aminoácidos.

Dentro de las proteínas podemos encontrar las proteínas simples, las conjugadas y las derivadas en función de la composición de las mismas así como de la composición de los elementos que las acompañan.

¿Cuál es su función?

Las funciones de las proteínas son tantas que merece enumerarlas una a una y describir su mecanismo.

  • En primer lugar tienen una función catalizadora o, lo que es lo mismo, se encargan de catalizar los nutrientes de nuestro cuerpo regulando las reacciones química que tenemos en nuestro interior de manera que vamos a poder tener siempre unos niveles constantes de energía para el buen funcionamiento del cuerpo.
  • También tiene una función reguladora a partir de la cual es capaz de regular la segregación de hormonas de nuestro cuerpo manteniéndolas siempre dentro de unos niveles aceptables.
  • La función estructural es otra de sus cualidades ya que nos va a permitir dotar a los tejidos de nuestro organismo de una resistencia y de una elasticidad suficientes para poder abordar nuestras rutinas diarias sin que por ello, éstos sufran más de lo normal.
  • Su función protectora a nivel de la dermis es de sobra conocida por los especialistas ya que va a impedir que la invadan cuerpos o agentes extraños de manera que va a impedir que a través de la piel cojamos infecciones.
  • Por último, dentro de una misma función aglutina la de receptor y transportadora ya que recibe las señales necesarias del cerebro para, a continuación, transportar aquellos elementos que sean necesarios a las distintas partes de nuestro organismo con el único objetivo de que éste funcione correctamente.

Cantidad diaria recomendada y alimentos que las contienen

Cuando hablamos de las proteínas, es muy complicado estipular una cantidad diaria ya que depende de cada persona aunque se puede decir que con que se ingiera un gramo de proteína por cada kilo de peso de la personas, será más que suficiente. No obstante, no debemos perder de vista algunos alimentos como los que siguen a continuación.

  • El pollo, sobre todo cuando está cocinado asado o a la plancha, contiene una buena cantidad de proteínas que podemos aprovechar para la formación y para la creación de nueva musculatura y nuevos tejidos.
  • Del mismo modo, el pavo, muy de moda últimamente, también contiene un elevado nivel de proteínas por lo que podemos consumirlo sin problemas ya que además tiene unos niveles de grasa bastante reducidos.
  • Dentro del reino animal, tenemos que hacer referencia a los pescados. Unos pescados como puede ser el caso del salmón o del atún, que tienen un elevado nivel de proteínas acompañadas de aceites grasos esenciales que las convierten en proteínas de muy alta calidad.
  • Dentro del reino vegetal nos podemos encontrar con las lentejas y las judías, cuyas proteínas están acompañadas de hierro aunque, también podemos contar con las proteínas de la soja que son también realmente buenas.

Déficit de proteínas

A decir verdad, una carencia de proteínas puede tener un buen número de consecuencias entre las que vamos a destacar las más graves como pueda ser el aumento en el número de probabilidades de sufrir algún retraso mental o de tipo cognitivo. Asimismo, nuestros tejidos serán mucho más débiles y tendremos una musculatura más pobre de manera que no podremos llevar a cabo algunos esfuerzos.

Pero eso no es todo ya que una carencia de este tipo puede dar lugar a que cojamos más de una infección, algunas de ellas muy severas, que con unos niveles óptimos no sucedería.

Exceso de proteínas

Se puede pensar que un exceso de proteínas puede ser bueno debido a todas las funciones que realizan. Sin embargo, esto no es así ya que podemos dañar muy seriamente el hígado ya que es el órgano que se encarga de procesarlas y de absorber los nutrientes que realmente sirven para algo. Asimismo podemos padecer hipertrofias musculares u óseas así así como una insuficiencia severa a la hora de absorber el calcio.

Y todo ello acompañado de una hiperactividad en la respuesta inmunitaria que puede hacer incluso que nuestro organismo le parezca un agente extraño y termine por atacarlo.