Si no eres vegetariano o vegano, lo más probable es que a diario te cruces con diferentes presentaciones de la carne procesada. Y quizás no lo sepas, pero comerla o no puede hacer una gran diferencia en tu salud.
Este tipo de carne puede ser encontrada en cualquier lugar, y son tan comunes en la dieta americana y del mundo moderno como lo es el café o el té. El hecho de que sean fácil de preparar (o ya estén preparadas para el consumo) y que tengan precios accesibles, las hacen atractivas para las personas de todos los niveles de ingresos y antecedente culturales.
Pero hoy, nuevas preguntas están siendo formuladas para conocer los efectos negativos de la prevalencia de carne procesada en nuestras dietas, y las respuestas parecen ser bastante sombrías.
Ya es un hecho demostrado que la carne procesada es mala para ti. Tal vez incluso demasiado, y sin embargo muchos hacen caso omiso de esto y continúan consumiéndola.
La industria de la carne procesada seguirá progresando hasta que las personas tomen una postura firme y decidan dejar de comprar este tipo de alimentos. Sé que suena utópico, ¿verdad? Pero es el único camino.
De modo que para quienes no estén seguros de por qué deberían dejar de consumir la carne procesada, aquí compartiré todas las razones.
En primer lugar, ¿qué significa carne procesada?
Cuando hablamos de carne procesada, nos referimos a cualquier variedad de carne que de una u otra manera se ha modificado para aumentar su vida útil, teniendo también su sabor o textura alterada mediante el uso de saborizantes químicos y conservantes.
Hoy en día, en las carnes procesadas se incluyen productos como:
- Embutidos.
- Panchos o perros calientes.
- Hamburguesas.
- Tocino o panseta.
- Chorizos.
- Salames, longanizas, etc.
Estos alimentos de origen animal han sido alterados por algún motivo en particular, aunque casi siempre se utiliza el pretexto de conveniencia o placer añadido para el consumidor. Usualmente estos productos ya están listos para cocinar o directamente para comer.
Las carnes procesadas han tenido una larga historia en salazón y ahumado; dos proceso que se utilizaron para mantener a la carne en buen estado mucho antes de que las máquinas de refrigeración fueran inventados. Pero las técnicas actuales no son lo que solían ser, y a menudo implican el uso de condimentos y humo artificial.
Lo que quiero decir con esto es que los productos químicos utilizados en la producción moderna de carne no son ni naturales ni tradicionales. Y aunque sé perfectamente que lo que no es “natural” no necesariamente significa “malo para ti”, lamentablemente este sí es el caso y si continuas leyendo entenderás por qué.
Los riesgos para la salud:
Un estudio realizado por el Europea Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC) investigó el impacto que el consumo de carne procesada tenía en la salud de más de medio millón de hombres y mujeres en más de diez países. Las personas estudiadas tenían una edad que oscilaba entre los 35 y 69 años; las mismas no poseían en su historial clínico ningún registro de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o cáncer. Todos fueron observados por al menos una década.
Los resultados fueron sorprendentes. Hubo un vínculo claro entre el consumo de carne procesada en forma regular y un riesgo mayor de sufrir una muerte temprana, especialmente por enfermedades del corazón o cáncer.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que incluso si el consumo de carne procesada fuera limitado a 20 gramos por día, el 3% de las muertes prematuras al año podría evitarse.
Un estudio publicado en el diario BCM Medicine por la Univerdad de Zurich, señaló que de 10 países europeos, aquellos en los que más se consumía este tipo de carnes poseían un 44% más de probabilidad de sufrir una muerte prematura por enfermedad.
También se encontró que el consumo de carne procesada traía consigo un alto riesgo de padecer alguna enfermedad cardíaca, aumentando increíblemente las posibilidades en un 72%. Y las probabilidades de padecer cáncer en un 11%.
Otro estudio, esta vez realizado durante el 2010 en ratas demostró un fuerte vínculo entre el consumo de carne procesada y la aparición de cáncer de colon.
Una revisión de más de 7.000 estudios clínicos que han investigado la relación entre las tasa de cáncer y la dieta llegó a la conclusión ineludible: Las carnes procesadas son excesivamente tóxicas para el consumo humano.
¿Qué es lo que hace a la carne procesada tan nociva?
Para comenzar, probablemente lo peor sea el nitrito de sodio. El nitrito se utiliza como aditivo en las carnes por tres razones:
- Para preservar el color.
- Para mejorar el sabor mediante la supresión del enranciamiento.
- Para prevenir el riesgo del crecimiento de bacterias, reduciendo las posibilidades de intoxicación.
Estos tres resultados suenan genial ¿no te parece? Lamentablemente no es lo único que el nitrito está haciendo.
Según Katherine Zeratsky, investigadora de Mayo Clinic, el nitrito de sodio también daña sus vasos sanguíneos, endurecen y estrecha las arterias, y afecta la manera en la que tu cuerpo procesa los azúcares, incrementando el riesgo de sufrir diabetes.
El nitrito puede ser peligroso debido a la forma en la que se une a las proteínas de los alimentos que comemos. La combinación de proteína-nitrito a veces se convierte dentro del cuerpo en nitrosaminas, un conocido cancerígeno que aumenta el riesgo de padecer cáncer si la exposición a estos compuestos es prolongada.
Además, altos contenidos de sodio en la dieta puede conducir a problemas de salud bastante desagradables. Una sola porción de carne procesada puede tener desde 310 a 480 miligramos de sodio, que cuando se suman al sodio ingerido en los otros alimentos del día, fácilmente puede contribuir a desarrollar hipertensión arterial o aumentar el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular. Incluso sin las complicaciones de la presión arterial, una dieta con alto contenido de sodio está relacionada a ciertos efectos adversos en los órganos, que pueden afectar al corazón, riñones, cerebro y vasos sanguíneos.
Otro problema es que debido a los métodos de producción, la carne procesada suele tener cantidades enormes de grasas saturadas y calorías. Los salames, las salchichas y chorizos son usualmente los productos que más grasas poseen.
Y finalmente, hay un factor de riesgo muy importante que tiene que ver con cómo se produce la carne utilizada para estos alimentos. En los corrales donde se engordan a las vacas (instalaciones industriales donde se alimenta al ganado con grano), miles de vacas viven literalmente hombro con hombro. Ya que no tienen áreas designadas para defecas, éstas están paradas sobre sus heces todos los días. Esto aumenta el riesgo de que microorganismos y otros patógenos sean pasados de un animal al otro.
La hamburguesa que comes realmente no viene de una sola vaca. Es el producto de decenas o cientos de vacas cuya carne fue procesada junta para obtener la masa con la que se preparará la hamburguesa que comes. Esto significa una aumento en la posibilidad de que la listeria, E. Coli o Salmonella terminen en el alimento.
Alternativas saludables:
Muy bien amigos, creo que todos lo entendieron. El consumo de carne procesada es terrible para nuestro organismo.
Pero si nunca le has prestado mucha atención a tu alimentación o simplemente tienes malos hábitos, es probable que el consumo de este tipo de productos sea habitual en tu dieta. Desde luego, esto no significa que no pueda cambiarse.
Yo aliento a evitar a la carne procesada como a la plaga, así de simple. No se trata de un rap moral que busca concientizar sobre la crueldad animal; se trata de ti y de cómo hay evidencia científica más que suficiente para concluir que el consumo de carne procesada tiene consecuencias devastadoras para nuestro organismo.
Para empezar, puedes agregar más frutas y verduras a tu alimentación sin necesidad de adherirte a una nueva dieta. La próxima vez que vayas de compras, simplemente añade en tu lista las frutas y verduras que más te gustan. Una vez que estén descansando en tu heladera, no te quedará otra opción que rendirte y utilizarlas en tus comidas.
Pero cuando quieras comer carne, simplemente opta por lo orgánico. Asegúrate de comprar carne de vaca alimentada con pasto o en corral. En el caso de los pollos, consume solo los de granja. Además, agrega más pescado en su dieta, o incluso prueba algo más fácil y maravilloso como lo es la dieta mediterránea.
También, una forma de detener en parte este combo de nitrosaminas cancerígenas que se generan por el consumo de carne procesada, es consumir alimentos ricos en vitamina C (cítricos y vegetales verdes). La vitamina C detiene la reacción química que conduce al desarrollo de las nitrosaminas.
Pero aún así, la decisión más inteligente que podemos tomar se llevar a cero la ingesta de carne procesada. Sé que es difícil, pero en el largo plazo los beneficios son indiscutibles.
¿Qué tan seguido consumes hamburguesas, salames, salchichas u otros embutidos?
Espero tu comentario!