El Triptófano es uno de los 9 aminoácidos esenciales de los 20 que tienen nuestras células, el cual nuestro cuerpo no lo puede producir, por ende se debe consumir a través de los alimentos o suplementos.
Es un aminoácido aromático neutro, al igual que la fenilalanina y la tirosina, debido a la presencia del anillo orgánico aromático. Su símbolo es Trp en código de tres letras y W en código de una letra. Es un aminoácido no polar, precursor del neurotransmisor serotonina, de la melatonina y de la niacina o vitamina B3.
El triptófano se considera un aminoácido no polar, aunque pude formar puentes de hidrógeno con el agua.
La serotonina realiza funciones pertenecientes con la conducta, como regulador del sueño, agresividad, hambre, afectividad, etc. y a partir de ella se produce la melatonina. El insomnio, la ansiedad y el estrés se benefician con un mejor equilibrio del Triptófano.
Función
Una de las primordiales funciones del triptófano es que regula los niveles de serotonina, siendo este último un neurotransmisor cerebral precursor de la hormona melatonina, la cual normaliza el ciclo diario de la vigilia y el sueño.
Favorece a que el organismo elabore sus propias proteínas, como ocurre con todos los demás aminoácidos esenciales, y es necesario en la elaboración de la vitamina B3.
El triptófano colabora a que la serotonina regule el apetito, desempeñado un efecto antidepresivo y ansiolítico. Ayuda a regular los niveles de insulina, puesto que tiende a sosegar nuestro sistema nervioso. También incrementa la liberación de la hormona del crecimiento.
Dosis diaria recomendada
En un adulto sano, independientemente del género, las necesidades corporales diarias de triptófano, oscilan aproximadamente en 4 miligramos por kilogramo de peso por día. Con respecto a los niños, este valor debe aumentar entre 4 y 19 miligramos por kilogramo de peso por día, dependiendo de la edad. Por lo tanto, un hombre adulto de 70 kilogramos debería consumir al menos 350 miligramos de triptófano diariamente.
Alimentos que lo contienen
- Soja, lentejas, garbanzo, guisantes, judías, habas, maní, etc.
- Avena, arroz silvestre, trigo, cebada, maíz, centeno, etc.
- Almendras, pistachos, anacardos, tamarindos, castañas, etc.
- Aguacate, fresa, papaya, mango, naranja, dátil, pomelo, arándano, melocotón, uva, manzana, etc.
- Berro, espinaca, calabazas, espárrago, coliflor, col de Bruselas, papa, apio, cebolla, chayote, ajo, lechuga, mandioca, berenjena, tomate, pepino y zanahoria
- Sésamo, girasol y fenogreco.
Déficit de Triptófano
Puede producir una gran variedad de síntomas, como: ansiedad, depresión, pánico, irritabilidad, síndrome premenstrual, problemas de sueño, baja autoestima, obsesión, dolor muscular. Algunas personas muestran algunos de los síntomas, mientras que otras pueden presentar la mayoría de ellos.
También puede ocasionar otros trastornos: alteraciones en el crecimiento, deficiencia en la absorción correcta de la niacina o vitamina B3, mayor predisposición a padecer algunas enfermedades cardíacas, perturbaciones del sistema inmunitario y cáncer.
Exceso de Triptófano
Hay que destacar la rareza de que se produzcan efectos secundarios graves en cuanto al exceso del consumo de triptófano, pero entre los principales síntomas o efectos secundarios de la toxicidad del triptófano, podemos indicar: taquicardias, confusión, somnolencia, agitación, dificultad para caminar, espasmos musculares, fiebre, náuseas, diarrea y sudoración excesiva, fluctuaciones de la presión arterial. entre otros.